Hoy os escribo desde la aflicción de un recién estrenado síndrome del nido vacío..mi nido ya no tiene huevo, y nunca mejor dicho. Ayer cumplí satisfactoriamente con mi reto y conmigo misma. Y puedo imaginarme cómo será la sensación en 20 años (aunque si España sigue en este plan quizás estemos hablando de 35 años) cuando mi niña se emancipe. Puedes sentirte orgullosa por tu esfuerzo, incluso satisfecha por tus resultados...puedes sentir que le has dado las armas para ser feliz..y aunque así fuera, y contando con que de ser así estaríamos en el mejor de los casos, la congoja es inevitable. Mi reflexión desde anoche es..¿puede una madre recuperar plenamente su vida? ¿se vuelve a ser mujer, sólo mujer, una vez que no tienes polluelos dependiendo de ti? ¿volveré a ser algún día lo que soy ahora o cruzada la barrera del gran día todo cambiará para siempre? ¿de cuantas cosas debo despedirme en estos meses que quedan hasta la deseada maternidad? Se que el orden en mi lista de prioridades cambiará, pero ¿la lista estará formada por las mismas cosas? Solo se que hoy siento vacío pero he vuelto a recuperar mi espacio, y sin saber por qué añoro llevar un cansino e incómodo huevo en la mano. Hasta siempre hijo-huevo.
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